Este postre es muy fácil de realizar. Resulta de sabor suave y no es nada pesado. La receta me la dio una mujer siria que regentaba un restaurante en Barcelona al que yo solía ir. Echaba mucho de menos este postre y me decidí a hacerlo y traéroslo.

Ingredientes:
500 ml leche
2 c/s de azúcar
50 gr de maizena
75 gr de queso crema (tipo Philadelphia)
2 c/s de agua de azahar
2 c/s de agua de rosas
4 bolitas de goma arábiga (opcional)*

250 gr de mango
2 c/s de zumo de limón
4 gr de agar-agar
2 c/s de azúcar
1 c/s de agua de azahar

Avellanas picadas para decorar

c/s = cuchara sopera

(*) La goma arábiga lo que hace es darle un pequeño toque de sabor perfumado. Muy sutil y del que se puede prescindir si no encuentras este ingrediente.

Preparación:
En un bol ponemos la maizena y media taza de leche. Removemos bien hasta que la maizena quede disuelta y reservamos.
Ponemos un cazo al fuego con el resto de la leche, el azúcar, el queso crema, el agua de azahar, el agua de rosas y la goma arábiga triturada y convertida en polvo.
Ponemos a fuego medio y llevamos a ebullición removiendo todo el rato. Cuando comience a hervir bajamos el fuego y añadimos la maizena mezclada con la leche.
Seguimos removiendo y lo mantenemos al fuego hasta que espese y comience a hervir.
Cuando comience la ebullición apagamos el fuego y dejamos enfriar un poco.
Una vez templado cogemos los vasos y vamos rellenando con la muhalabiya dejando sitio para la gelatina.
Dejamos enfriar bien y los ponemos en la nevera.

Pelamos y cortamos el mango en trocitos pequeños. Lo ponemos en un cazo junto al azúcar, el zumo de limón y el agua de azahar. Lo ponemos a fuego medio-bajo y cocemos hasta que el mango se deshaga.
En un tazón ponemos el agar-agar con 4 cucharas soperas de agua y removemos bien.
Trituramos bien el mango con un tenedor, sin que queden grumos, y añadimos el agar-agar.
Dejamos al fuego hasta que comience a hervir. Retiramos del fuego y dejamos reposar un poco.

Sacamos los vasos de la nevera y ponemos la gelatina encima de la muhalabiya. Una vez rellenados, dejamos enfriar y los metemos otra vez en la nevera.

Cuando vayamos a consumirlos picamos unas avellanas y las espolvoreamos por encima.

Que aproveche!!!