- Post colaboración "Mujer después de los 40"
viernes, junio 26, 2015
Hacía tiempo que no os traía un post colaboración. Como estamos ya en verano y con el modo relajación "on", hoy os traigo un relato escrito por Cristina, de Mujer después de los 40.
Su blog trata muchos temas diversos de moda, biografías, y muchísimos otros temas interesantes que os animo a que descubráis.
Este mes nos trae otro relato. Me encanta como escribe Cristina!!
Y ahora sin más dilación os dejo con Cristina de Mujer después de los 40.... Gracias Cristina!!!
Su blog trata muchos temas diversos de moda, biografías, y muchísimos otros temas interesantes que os animo a que descubráis.
Este mes nos trae otro relato. Me encanta como escribe Cristina!!
Y ahora sin más dilación os dejo con Cristina de Mujer después de los 40.... Gracias Cristina!!!
“La cocina de Aisha”
Aisha se movía
nerviosa por la cocina. ¿Sería aquel un nuevo intento infructuoso? ¿O
conseguiría esa vez dar con la receta soñada? No tenía mucho tiempo,
faltaban apenas unas horas para que la reunión familiar se celebrase y
esta vez la anfitriona era ella. Recibía en su casa al variado e inusual
universo femenino que conformaban las mujeres de su familia. Todas de
ellas de alguna u otra manera trabajaban o desarrollaban su vida
alrededor de la cocina, como si un linaje gastronómico se prolongase en
sus genes de generación en generación. Había cocineras, reposteras o
nutricionistas, por citar solo algunas profesiones y cada una de ellas
había aportado una receta personal al “Gran libro de la cocina” que se
trasmitían de madres a hijas…
Le encantaba
releer sus páginas ajadas por el paso del tiempo que encerraban
verdaderos tesoros, como el maravilloso té herbal de su tía Anicka, que
preparaba con hierbas naturales y rejuvenecía hasta a un muerto. Ella lo
hacía con un poco de albahaca sagrada, corteza de sauce blanco, menta,
caléndula, hisopo, hoja de frambuesa, jengibre, orégano, tomillo…
—
¿No quieres echarle nada más a ese té herbal? Como sigas así vas a
necesitar el huerto entero para una sola taza —. Bromeaba siempre su tío
Otto, ante lo que Anicka siempre le respondía burlona:
— Tú cállate y no seas descreído. La naturaleza es mucho más sabia que tu amada ciencia.
Una
de sus recetas favoritas era la de su prima Dana, cordero con chutney
de ciruelas. Y lo más curioso de ella, es que su prima nunca quiso
prepararla con ciruelas sino con mangos, pero éstos acabaron en el
estomago de un afortunado asaltante de neveras que desconocía por
completo la logística de la receta que Dana se traía entre manos. Aisha
sonrío recordando cómo pasaron todos aquel verano durante casi dos
semanas, a la hora del almuerzo, tomando chutney de ciruela en tostadas
con queso, para acabar con la provisión de conservas sobrantes que había
hecho Dana.
Pero sin duda, una de las recetas
más aclamadas era la de su nonna Loli y su helado de buttermilk y
fresas. Éste había acompañado a todos los niños de su familia tras sus
operaciones de amígdalas. Nunca ha existido un tratamiento prescrito por
un doctor que tenga tantos adeptos y seguidores entre los niños, el
helado. Éste era especialmente sabroso y dado que la abuela no tenía
heladera, siempre se turnaban entre los primos para remover cada treinta
minutos la mezcla en el congelador, durante las dos primeras horas, y
así poder hacer pequeñas catas sin que se notase demasiado.
Todos
esos platos encerraban momentos, recuerdos, olores y sabores que
formaban parte de su vida y Aisha quería contribuir a la gran tradición
familiar con una creación que consiguiese evocar esa memoria sensitiva
que unía a las mujeres de su familia. Se mordía los labios incapaz de
aguantar la espera, miraba el horno, lo volvía a mirar como si pudiese
acelerar el proceso con solo desearlo, pero la realidad es muy tozuda y
el tiempo un bien que ninguno podemos atesorar, por lo que al final
cumplía a rajatabla los tiempos como siempre. Ayudándose de las manoplas
y con mucho cuidado sacó el pollo del horno, aún le faltaban unos
minutos que se le iban a hacer eternos pero, ¿qué podía hacer salvo
esperar? Después de ordenar por segunda vez la despensa mientras el
reloj parecía retener el tiempo, por fin sonó la alarma. El pollo al
horno con mostaza, ajo y puré de boniato a la menta estaba listo.
Ansiosa cortó un pedazo que sirvió en un plato de postre, añadió la
salsa y saltándose el emplatado o la más mínima presentación, lo probó.
La sinfonía de sabores que se sucedieron en su paladar, fueron seguidos
de la desilusión más absoluta. La receta era soberbia y le había salido
especialmente buena pero le faltaba algo. Eso que marca la diferencia
entre lo bueno y lo irrepetible, entre lo perfecto y lo inolvidable. Una
pequeña diferencia que aparentemente puede pasar desapercibida, pero
que en la cocina hace que todo funcione como un todo acompasado y
equilibrado. ¡No podía creerlo estaba otra vez como al principio!
Mientras trataba de organizar su mente e improvisar algo, Loli y su
preciosa princesa entraron en la cocina.
—
¡Mami! ¿Qué te pasa? No te pongas triste, yo te puedo ayudar—. Dijo
Valeria arrugando la nariz como hacía siempre que se ponía seria.
—
No pasa nada mi amor. Mira aprovechando que utilizaba el horno te he
hecho los fingers de pollo que tanto te gustan. Ven que doy uno—.
Contestó Aisha sonriendo.
— ¡Mmmmm! De esos que hacen cosquillitas al morderlos como si te dieran besitos. ¡Quiero uno, quiero uno!— Dijo Valeria
— ¿A qué viene esa cara Aisha? — Preguntó la nonna.
— La receta de hoy, quería que hoy fuese especial y…
—
Mi niña, veo que no te das cuenta—. Le interrumpió su abuela Loli—.
Aisha tienes un don, que va más allá de la composición o ejecución de
tus recetas que siempre son impecables. Tu cocina toca el corazón de las
personas, es tu forma de rodearlas de cariño, de mimo, de dedicación… Y
así es como lo anotaremos en el “Gran libro de la cocina”, sino fíjate
en esos fingers de pollo rebozados en coco y sésamo con yogurt a la
menta, mira como disfruta Valeria con ellos—. Aisha la escuchaba
mientras mezclaba en un bol los ingredientes de la salsa y reservaba.
Quizás la nonna tuviese razón, de hecho creó esa receta pensando en que
su amor disfrutase de su plato favorito pero evitando los fritos, a los
que tenía verdadera aversión, era su forma de regalarle una sonrisa y
cuidarla a la vez.
Finalmente sirvió las tiras
de pollo por un lado y la salsa en un bol por otro, todos y cada uno de
los comensales de aquella reunión tan especial, tuvieron buenas palabras
para su receta. Porque sus fingers y su pollo al horno se incluyeron en
el “Gran libro de la cocina”, ¡sí! Pero con el nombre de cabecera en la
receta de “La cocina de Aisha”, esa que cuando la pruebas sientes que
regresas a casa.
3 comentarios
Hola guapísima, llego la primera. Gracias a ti por cederme un hueco en este blog maravilloso y las recetas que nos regalas en cada publicación. Un abrazo :D
ResponderEliminarPrecioso! Me ha encantado, no tiene que ver conmigo y me emociona la imagen de cocina-mujeres-familia, lo importante muchas veces sucede en las cocinas, no en los salones. Encantada de conocer este blog. Un beso
ResponderEliminarMonie
Hola Aisha me encanta la historia, es digna de un libro!! Tus recetas también son geniales!! Me quedo a ver más recetas por cierto soy nueva por aquí he encontrado tu blog buscando blogs de recetas en internet. Tienes nueva seguidora. Te invito a visitar mi blog es de recetas también: Recetas de Anansies. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias por leerme y por comentar. Me hace muchísima ilusión!
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