Hace unos días ya os traía una receta usando el apionabo, que puedes ver aquí. Y como seguro que si te animaste a realizarla te habrá sobrado parte de esta verdura, hoy te traigo otro plato en el que puedes usarlo. Es una receta rápida y sencilla y muy muy rica.

Te animo a que conozcas y cocines esta rica hortaliza que es baja calorías y rica en minerales como el calcio, el fósforo, vitamina C y fibra.

Ingredientes:
1 apionabo, o la mitad, dependiendo del tamaño
2 c/s de aceite de oliva virgen extra
2 dientes de ajo picados muy pequeñitos
3 patatas grandes peladas y cortadas en rodajas finas
300 ml de nata para cocinar
1 1/2 tazas de queso gouda rallado
1 taza de manchego semi rallado
Sal y pimienta

c/s = cuchara sopera

Los quesos los podéis substituir por otros. Yo siempre tengo Gouda en casa y el manchego me lo traje de mi viaje a Barcelona :)

Preparación:
Pelamos el apionabo y lo cortamos en lonchitas finas.

Ponemos una sartén al fuego con el aceite y rehogamos el apionabo hasta que esté un poco tierno y comience a dorarse.

Retiramos el apionabo y lo reservamos. Dejamos la sartén al fuego con el aceite que haya quedado y añadimos el ajo. Lo salteamos sin dejar que se dore y añadimos la nata y la mitad del queso gouda y del manchego. Removemos hasta que el queso se haya fundido y salpimentamos al gusto.

Precalentamos el horno a 190º

En una fuente de horno disponemos una capa de patatas, otra de apionabo, y un poco de la crema que hemos preparado. Y así vamos montando las capas hasta acabar con una capa de patatas y por encima una capa de crema.

Espolvoreamos por encima el resto de queso gouda y manchego, y metemos la bandeja en el horno. Cubrimos la bandeja (la mía no tiene tapa por lo que usé un trozo de papel de aluminio) y horneamos durante 1 hora. Cuando falten 15 minutos para que acabe el tiempo retiras la tapa (o el papel de aluminio) y dejas que se dore la parte superior (antes de hacer esto pincha con un palillo, tenedor, o cuchillo para comprobar que la patata ya esté tierna. Si no estuviese hecha todavía la dejas tapada un rato más antes de hacer el gratinado).

A disfrutar de este rico plato!!!

Este mes Bake the World nos lleva a China y nos propone preparar unos ricos Baozi. Estos panecillos están rellenos y hechos al vapor.

De todas las recetas que nos dieron a elegir yo me guié por la de Juana, de La cocina de Babel. Me encanta su blog, sus recetas, cómo lo explica y todo el amor que pone a cada unos de sus posts... y sí, que le tengo mucho cariño y eso ya es todo un punto.

Eso sí, copiar los panecillos he podido. Pero copiar todo el arte de sus fotos me es tarea imposible. O sea que te invito a que la visites y disfrutes de su maravilloso blog.

Estos panecillos son muy fáciles de hacer. Lo que más tiempo me llevaron fueron los levados porque aquí hace frío. Pero por lo demás es de aquellas recetas que harías contínuamente. Además, te aviso, están tan ricos que son adictivos... sí, sí... adictivos. Comenzarías y no pararías.

Vamos a por esos panecillos!!!

Ingredientes:
Para el relleno:
1 zanahoria
1 chirivía pequeña
1 trozo de nabo
7 champiñones pequeños
1 cebolla
1 c/p de jengibre fresco rallado
2 dientes de ajo muy picados
2 c/s de salsa de soja
1 c/s de vinagre de manzana
1 c/p de azúcar
1 c/p de aceite de sésamo
2 c/s de aceite de oliva virgen extra

c/s = cuchara sopera
c/p = cuchara de postre

Para la masa:
3 cucharadas de mantequilla derretida
190 ml de agua templada
400 gr de harina de trigo
1 y 1/2 c/p de levadura química tipo Royal
2 c/p de levadura seca de panadería
3 c/p de azúcar
1 c/p de sal
50 ml de agua fría

Preparación:
Comenzamos fundiendo la mantequilla que irá en los panecillos, así dará tiempo a que se enfríe.

Pelamos las verduras y las cortamos en trocitos muy pequeñitos (yo utilicé el procesador de alimentos).

Ponemos una sartén al fuego con el aceite de oliva y salteamos todas las verduras, los dientes de ajo y el jengibre rallado.

Cuando están tiernas añadimos la salsa de soja, el vinagre de manzana, el azúcar, y el aceite de sésamo.

Lo cocinamos todo juntos durante unos minutos hasta que las verduras estén tiernas.

Reservamos las verduras y las dejamos enfriar.


Preparamos la masa:
En el cuenco de la amasadora ponemos 375 gr de harina, las dos levaduras, el azúcar y la sal. Añadimos el agua templada, la mantequilla fundida y comenzamos a amasar hasta que toda la harina esté incorporada.

Añadimos el agua fría de golpe y amasamos unos 8 minutos. Se ha de formar una bola elástica y fina al tacto. Si la masa aún se pega a las manos, añadiremos un poco más de harina de la que hemos dejado apartada. Iremos poniendo una cucharadita cada vez, y esperaremos que se integre antes de añadir la siguiente.

Formamos una bola y la dejamos reposar en el bol durante una hora. Pasado ese tiempo la desgasificamos y formamos bolas pequeñas de unos 40 gr. Las aplanamos con la mano para formar un círculo (yo usé también el rodillo para que se estirasen un poco más).

Ponemos una cucharadita del relleno en el centro del disco y cerramos el baozi sobre si mismo, como si fuera un paquetito. Pellizcamos las uniones para que el relleno quede bien guardado dentro. Repetimos estos pasos hasta acabar con toda la masa y el relleno.

Cortamos cuadraditos de papel de hornear, o de papel de aluminio y los disponemos en la mesa de trabajo. Ponemos un baozi sobre cada cuadradito. Los tapamos con un trapo y dejamos levar 45 minutos.

Ponemos agua a calentar en una olla de vapor. Cuando el agua esté hirviendo ponemos 4 baozis dentro (dependerá del tamaño de la olla... has de dejar un poco de espacio entre un baozi y otro porque crecen con el vapor).

Los cocemos al vapor durante unos 15 ó 20 minutos.

Servimos recién hechos con salsa de soja.

Qué aproveche!!!

Sandie of the lovely blog, Crumbs of Love, was our November hostess. Sandie challenged us to make a traditional Italian dessert, along with its American version – Sfogliatelle (or better known in the US – lobster tails!) The flakey, 1000 layers of super thin dough, shaped into a horn and filled with a scrumptious filling. Così buono!

Este mes el reto de Tía Alia nos llega con una nueva anfitriona, Yolanda, de Cocido de sopa. Las recetas escogidas han sido dos: bollos rellenos como receta salada, y castañas al chocolate como receta dulce.

Me he decantado por la dulce porque castañas y chocolate es una combinación que me encanta. Y aunque me hubiera gustado hacer ambas, he tenido que ser objetiva y ver que no me daba tiempo a tanta cosa... y las que me quedan pendientes!!





El postre ha resultado delicioso. Aunque no tan rico ha sido pelar el kilazo de castañas. Al final me dolían las manos que ni os cuento! Pero al saborearlo se me pasó todo.

Os animo a probarlo porque resulta de lo más rico.

Ingredientes:
1 kg de castañas
1/2 litro de leche
140 gr de chocolate negro para fundir
4 c/s de azúcar
250 gr de bizcochos de soletilla (yo usé los que ves en la foto que no sé cómo se llaman)
1/2 vasito de agua de azahar

c/s = cuchara sopera

Preparación:
Rallamos el chocolate y reservamos.

Le quitamos a las castañas la piel exterior y las hervimos en agua hasta que estén bien blandas. Cuando estén manipulables les quitamos la piel que llevan adherida y las trituramos en el procesador de alimentos hasta que quede unas pasta.

Ponemos un cazo al fuego con la leche y el azúcar. Cuando hierva añadimos el puré de castañas.

Lo dejamos cocer a fuego suave y lo vamos removiendo hasta que espese. Añadimos el chocolate rallado.

Mojamos los bizcochos en el agua de azahar dejando 2 por cada bol, para decorar. Los disponemos en trocitos repartidos en cada bol.

Echamos encima la crema de castañas y chocolate y lo dejamos reposar en un lugar fresco para que cuaje.

Decoramos con los bizcochos que hemos reservado y servimos.

Qué aproveche!!!

Este reto mensual de El Asaltablogs me encanta. Es una gozada ir al blog de un compi, mirarlo de arriba abajo, rebuscar entre las recetas. Separar las que te motivan. Elegir al fin una!.... esa es siempre la parte más difícil. En fin... qué le vamos a hacer.

Este mes el blog asaltado es el blog de Rosalía, Rossgrastronómica. El blog tiene unas recetas magníficas y elegir sólo una fue misión imposible. Al final me decidí por los panecillos de mantequilla tostada, que además era de esas recetas que tenía pendientes hace tiempo.

El "façonage" del panecillo no me acabó de quedar bien. Eso que hice los panecillos dos días distintos. Pero de lo que puedo dar fe es de que quedaron buenos un rato largo.

Puedes ver la receta original aquí.

Ingredientes:
500 gr de harina panadera
10 gr de sal
15 gr de azúcar
10 gr de leche en polvo
30 gr de mantequilla
280 gr de agua tibia
10 gr de levadura de panadero seca (15 gr si es levadura fresca)

Preparación:
Ponemos a fuego bajo un cazo con la mantequilla y la fundimos y la dejamos hasta que adquiera un tono dorado. La dejamos enfriar.

Tamizamos la harina y le añadimos el resto de ingredientes secos. Los mezclamos bien y luego añadimos la mantequilla derretida.

Mezclamos y vamos añadiendo poco a poco el agua. Amasamos a mano, o con la amasadora. Yo utilicé la amasadora, a velocidad 2, en tres tandas de 10 minutos cada una.

Sacamos la masa de la amasadora y la ponemos sobre una superficie enharinada. Formamos bolas de entre 80 ó 90 gr.

Disponemos las bolas sobre una bandeja de horno que habremos forrado con papel de hornear, separadas entre sí. Las dejamos levar durante 1 hora en un sitio cálido y sin corrientes de aire. Las tapamos con un paño húmedo.

Pasado el tiempo cogemos cada panecillo lo ponemos en una superficie enharinada, y también nos enharinamos la mano. Aplastamos el panecillo hasta que forme un círculo de unos 15 cm de diámetro. Doblamos hacia dentro como si fuera un molinillo de viento y presionamos ligeramente las uniones.

Volvemos a colocar de nuevo los panecillos en la bandeja de horno pero boca abajo para que no pierdan la forma al levar.

Volvemos a dejarlos levar durante una hora.

Precalentamos el horno a 200º con un recipiente de agua en su interior para crear vapor.

Damos la vuelta a los panecillos, los pulverizamos con agua y espolvoreamos un poco de harina por encima.

Metemos los panecillos en el horno y bajamos la temperatura a 180º. Los horneamos durante unos 16 ó 18 minutos.

Pasado el tiempo apagamos el horno y los dejamos dentro 5 minutos. Luego los sacamos y los dejamos enfriar sobre una rejilla.

Y por último, pero lo más importante... a disfrutar del pan!!!

Como sigo con mi intención de traer algunas recetas sencillas, ricas, y de temporada, hoy me he decidido por esta ensalada tibia de bulgur y calabaza. A mí me encantan las ensaladas en cualquier variedad. Veo una ensalada que se sale de la clásica verde y ya estoy comprando los ingredientes para hacerla.

En esta ocasión me apetecía hacer una tibia ya que por las noches apetece algo que no sea frío y al mismo tiempo que no sea contundente.

La mezcla de sabores y texturas es muy intresante. además es una ensalada muy completa y que te puede servir como plato único.

Puedes substituir las nueces pecanas por cualquier otro fruto seco. La granada es ideal para esta ensalada porque le aporta frescor.

Si la probáis seguro que os va a gustar la mezcla de sabores ;)

Y ahora... A por la receta!!!

Ingredientes para 4 personas:

• 140 gr de bulgur (*)
• 1 granada
• 350 de calabaza
• Aceite de oliva virgen extra
• 2 cucharadas de salsa de soja
• Un poco de eneldo seco
• 40 gr de nueces pecanas
• La ralladura y el zumo de 1 naranja
• 1 cucharada de vinagre de manzana

(*) Yo he cogido un vaso de agua y lo he llenado con el bulgur. El mismo vaso te servirá para medir el agua... 2 medidas de agua por 1 de bulgur.

Preparación:

1. En un cazo ponemos a hervir el agua. Cuando haya roto a hervir apagamos el fuego y echamos el bulgur. Lo movemos con un tenedor, haciendo movimiento verticales (levantando el grano) y lo dejamos reposando. De vez en cuando lo movemos un poco usando el tenedor, y siempre con movimientos verticales, no circulares.
2. Pelamos la granada, la desgranamos y reservamos.
3. Pelamos la calabaza y la cortamos en daditos pequeños. Ponemos una sartén al fuego con 2 cucharadas de aceite de oliva. Echamos la calabaza y vamos removiendo. Dejamos cocer a fuego vivo durante unos minutos. Añadimos la salsa de soja, removemos bien y cocinamos un par de minutos más. Añadimos 4 cucharadas de agua y dejamos cocer 5 minutos más. Reservamos.
4. En un bol mezclamos la ralladura y el zumo de la naranja, dos cucharadas de aceite, el eneldo y el vinagre. Batimos bien con una varillas y reservamos
5. En una ensaladera ponemos el bulgur, echamos el aliño y mezclamos bien. Añadimos la calabaza, la granada y las nueces pecanas.

Qué aproveche!!!

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No conocí el apio-nabo hasta que vine a vivir a Holanda. Nunca lo había visto en Barcelona y por supuesto no lo había comido. A pesar de que no es muy bonito de aspecto, su sabor me encanta y lo he usado mucho desde que lo descubrí.

Es esta ocasión os traigo una crema que podéis comer como un dip untando unas verduras, unos grissines, pan, lo que os apetezca. Su sabor es delicado, por lo que, sea lo que sea que untes en esta deliciosa crema, que no tenga un sabor muy marcado.

Otra cosa a tener en cuenta es que yo lo tomé templado, por lo que no sé cómo resultaría como un dip frío.

Ingredientes para 4 personas:
500 gr de apio-nabo
300 gr de chirivía
750 ml de agua
200 gr de leche de soja
75 gr de avellanas

Preparación:
Pelamos las verduras y las cortamos en dados. Ponemos el agua en un cazo y la llevamos a ebullición. Echamos las verduras y las cocinamos hasta que estén tiernas.

Picamos las avellanas hasta obtener una harina.

Cuando las verduras estén listas las sacamos del agua y las ponemos en el procesador de alimentos. Añadimos las avellanas y la leche de soja. Mezclamos bien hasta obtener una crema. En caso de que la queramos más ligera de aspecto añadiremos un poco de agua de la cocción de las verduras.

Le añadimos sal al gusto y servimos templada.

Rápida, sencilla y riquísima!!!

Que aproveche!

Ya llega el frío y con él apetecen recetas un poco más contundentes. Este mes Whole Kitchen nos propuso hacer el típico cassoulet francés.

Había varios ingredientes del plato típico que, o no iban conmigo, o me eran difíciles de encontrar, es por ese motivo que he llamado a este plato cassoulet "my way". Porque siguiendo la esencia del mismo, lo he hecho con los ingredientes que tenía en la despensa.

No estaba yo muy convencida de hacer este plato porque no me va nada. Pero cuando mi marido lo vio dijo que lo tenía que hacer. Que a él si le gustaba! Pues nada, que allá vamos... aunque desde estas líneas quiero pedir disculpas a los franceses por destrozarles el plato ;)

Whole Kitchen en su Propuesta Salada para el mes de noviembre nos invita a preparar un clásico de la cocina francesa: CASSOULET.

El nombre del cassoulet le viene de la cazuela en el que se cuece: la cassole. Este recipiente de barro está fabricado por los alfareros de Issel, aldea situada a 8 km al norte de Castelnaudary. Sus características térmicas son idóneas para la cocción necesariamente lenta del cassoulet y para que el calor sea uniformemente distribuido a todo el recipiente.

Ingredientes:

Preparación:
Primero, debemos tener en remojo las judías el día anterior.

Precalentamos el horno a una temperatura de 160ºC.

Escurrimos las judías y las ponemos en una cazuela al fuego. Incorporamos la carne de ternera, unos granos de pimienta, dos dientes de ajo pelados y enteros y el bouquet garní. Cubrimos con caldo de carne y dejamos hervir a fuego suave durante dos horas. Pasado el tiempo, retiramos el bouquet garní.

En otro cazo, escaldamos las salchichas en agua con sal y, cuando estén listas, las ponemos en la cazuela que luego meteremos en el horno.

Vertemos también las judías con la carne y el resto de ingredientes de la olla. Terminamos con el pan desmenuzado.

Introducimos en el horno y dejamos cocinar durante 90 minutos a una temperatura de 160ºC.

Espolvoreamos perejil y servimos.

Qué aproveche!!!

Este postre que os traigo hoy es típico de la cocina vietnamita. Sí, como dice Eli, de Coulís de limón, a la que tuve el placer de conocer en mi reciente viaje a Barcelona, me busco los platos con nombre raro... jajajajjaja.

Desde que vi el postre hojeando una revista de cocina me entraron ganas de probarlo y busqué por la red. Todas las recetas son iguales, salvando que alguna ponga algún otro elemento decorativo. Pero la base es igual en todas ellas.

Es muy fácil y rápido de preparar. Además está muy rico y me encanta la combinación de sabores.

Nunca había probado la tapioca; al menos no conscientemente, aunque creo que antes se usaba como papilla para los bebés (pero no me hagáis mucho caso, es algo que me suena pero no estoy segura).

La tapioca se presenta en unas bolitas blancas y es el almidón de la yuca. Es espesante y tiene un sabor neutro. Aporta bastantes calorías pero en la receta se usa muy poquito por lo que no hay que padecer por eso. No contiene gluten y se digiere muy bien.

Os dejo con esta sencilla receta que espero que probéis y me contáis qué tal :)

Ingredientes para 2 personas:
1 c/s de semillas de sésamo
3 c/s de tapioca
350 ml de agua
1 pizca de sal
125 ml de leche de coco
3 c/s de azúcar
1 plátano
Mantequilla (un poco)

c/s = cuchara sopera

Preparación:
En una sartén tostamos ligeramente las semillas de sésamo en caso de que no las hayas comprado tostadas.

Ponemos un cazo al fuego con el agua y la llevamos a ebullición. Cuando comience a hervir echamos la tapioca, bajamos el fuego al mínimo, y lo dejamos cocer 20 minutos removiendo de cuando en cuando.

Añadimos la leche de coco, el azúcar y la sal. Removemos bien y seguimos cociendo por 3 minutos.

Cortamos el plátano en rodajas. Reservamos algunas para la decoración y el resto las echamos en el cazo removiendo y dejando cocer durante unos minutos hasta que la mezcla espese.

Ponemos en unos cuencos y dejamos templar.

En una sartén derretimos la mantequilla y freimos ligeramente las rodajas de plátano que hemos reservado.

Servimos decorando con el plátano frito y las semillas de sésamo.

Puedes comerlo templado, caliente o frío. Yo lo comí templado.

Qué aproveche!!!

Our November Daring Cooks’ hostess was Begoña, who writes the beautiful blog, Las recetas de Marichu y las mías. Begoña is from Spain and didn’t want to go with the more common challenges of paella or gazpacho, she wanted to share with us another very popular recipe from Spain that we don’t see as often called Sopa Castellana which is a delicious bread soup!

Ya comienza a hacer fresquito y apetecen los platos de cuchara. Y qué mejor plato que una sopa para calentar el cuerpo! Me hizo mucha ilusión que Begoña fuese la anfitriona de este mes y que nos propusiese unas ricas sopas, de las cuales yo escogí esta de tomate.

Animaros a probarla porque es sencilla de preparar y está riquísima!

Ingredientes para 4 personas:
1 kg de tomates maduros
1 pimiento rojo
1 pimiento verde
1 cebolla
3 dientes de ajo
1 c/p de semillas de comino
2 litros de caldo de verdura
Una barra de pan
4 huevos
Aceite de oliva virgen extra
Sal

Preparación:
Ponemos al fuego un cazo con agua para hervir los huevos. Cuando estén listos apagamos y reservamos.

Pelamos los tomates y les quitamos las semillas. Los cortamos en dados pequeños y reservamos.

Cortamos la cebolla y los pimientos en trocitos pequeños. Ponemos una olla al fuego con aceite y echamos la cebolla. La pochamos bien hasta que esté tierna. Añadimos el pimiento, removemos y cocemos hasta que estén tiernos. Por último añadimos el tomate, removemos y lo dejamos cocer hasta que el agua que sueltan se haya evaporado.

Majamos en un mortero los ajos con las semillas de comino. Lo ponemos en la olla, removemos y dejamos cocer unos 10 minutos. Por último añadimos el caldo, sal al gusto y llevamos la sopa e ebullición. Cuando comience a hervir bajamos el fuego y tapamos la olla. Dejamos cocer durante 1 hora.

Para servir ponemos 2 ó 3 rebanadas de pan tostado en el plato, echamos la sopa y acompañamos con el huevo duro cortado por la mitad.

Qué aproveche!!!

Ya llegó mi Amigo Invisible Gastronómico... qué emoción. Ayer a las 6 de la tarde llamaron al timbre y me extrañó mucho porque en Holanda, y a esas horas, no suele llamar nadie a la puerta. Cuando el señor de TNT (como Correos) me dijo que había un paquete para mí casi salto de la emoción... y eso que tuve que bajar a buscar el paquete con la peque en brazos, porque el señor no quiso subir los tres pisos.

El paquete intacto

Lo primero de todo quería saber quién era mi Amigo Invisible, y resultó ser Raquel, del blog Las recetas de Raquel. Un blog estupendo que te animo a visitar y descubrir sus ricas recetas. Me leí la carta que me había enviado junto a los regalitos y así pude conocerla un poco más.... Raquel, muchísimas gracias por los regalos. Me han encantado todos y me han llegado al corazón!!!

Mi hija estaba como loca mirando los regalos e intentando coger todo lo que veía. Al final consiguió hacerse con uno de los moldes de bombones y tuve que dejarla porque me estaba montando un drama que casi me viene la policía a casa.

Al día siguiente, ya con luz, pude hacer fotos a todos los regalos, y aquí os los muestro.

Vista general

Entre los regalos había unos paños decorados con búhos que me encantaron.


También había unos tarritos de mermeladas caseras que mañana probaré en el desayuno. Hoy no pude, que había que hacer la foto... jajajajaja. Los sabores son de naranja y canela, de ciruela claudia y otro de ciruela negra con ron.

Una caja de naranja confitada cubierta de chocolate negro (una de mis combinaciones preferidas) y una lata de una crema de queso de oveja para untar que ya estoy pensando en qué utilizar.


Una caja monísima que me dejó encandilada y que guardaré a buen recaudo porque mi hija comparte conmigo la afición por las cajas.


Pero la caja no iba vacía, venía con unos tomates cherries y pomelo confitados... estoy deseando probarlos!!!


Completando el regalo, una serie de cositas muy útiles y bonitas: 2 moldes para hacer bombones unos en forma de números y otros en forma de porción de pastel; Un bloc de notas en forma de galleta que tengo que dejar bien lejos de las manos de mi hija si quiero que sobreviva... jajajajaja; cortadores de pasta en forma de cuadrado de varios tamaños... súper útil!; unas cápsulas monísimas para cupcakes, o magdalenas; unas pajitas de cartón grueso que sirven tanto para beber como para cake pops; unos mini stands individuales para cupacakes... muy graciosos!; un cortador-espátula de tarta para cortar y servir con el mismo utensilio y con un diseño muy simpático (ese no está en esta foto, sino en la general... se me despistó ponerlo); y unas servilletas de papel muy bonitas que son un buen acompañamiento.


Creo que no me dejo nada!

De nuevo, Raquel, muchísimas gracias; ya verás que tus lindos regalos irán saliendo poco a poco en las próximas recetas. De hecho, uno de los paños con búhos saldrá en la receta del viernes ;)

Por mi parte a mí me tocó regalarle a Judith, de La cuina de l'estany. Un blog también con unas recetas muy ricas y que te animo desde aquí a visitar.

Por último, pero no menos importante, agradecer a Jess, de Decogalletas, todo el trabajo que se ha dado con la organización del Amigo Invisible Gastronómico 2013.

Nos vemos mañana con una rica receta... qué será?

Un delicioso  y delicado postre que se prepara en un santiamén... son sólo 15 minutos!

Resulta muy suave al paladar y la consistencia es muy ligera. Os animo a que lo probéis. Ya sé que no siempre se encuentran mangos, pero por suerte en Rotterdam aún disfrutamos de ellos en le mercado.

Ingredientes para 4 copas:
500 ml de leche de coco
50 gr de sirope de ágave
2 c/s de maizena
1 mango bien maduro (dependerá del tamaño)
1 vaina de vainilla
Un puñado de almendras
Coco rallado

Preparación:
Pelamos el mango y lo cortamos en dados. Reservamos.

Diluimos la maizena y el sirope de ágave en la leche de coco en un cazo y lo ponemos a fuego suave. Removemos hasta que comience a espesar un poquito. En ese momento añadimos el mango, mezclamos bien y apagamos el fuego.

Partimos la vaina de vainilla por la mitad y añadimos unas pocas semillas. Removemos bien para que se repartan.

En una sartén ponemos un poco de coco rallado y lo tostamos. Partimos en trocitos las almendras. Reservamos ambos.

Untamos los bordes de las copas con sirope y lo pasamos por un poco de coco para hacer la decoración del borde.

Llenamos la copa y la decoramos con unas pocas almendras y coco tostado.

Lo ponemos en la nevera y lo dejamos enfriar.

Nos sentamos, nos relajamos y degustamos este rico postre!! :)

Unos ricos emparedados que te solucionan un aperitivo o una cena rápida. La berenjena es una hortaliza que me encanta aunque en Holanda hay ocasiones en que se convierte en artículo de puro lujo... por el precio que alcanzan. Aunque no digamos las alcachofas! Por eso aprovecho cuando las veo baratas y compro bastantes para escalibar, pisto, etc.

Animaros con esta rica receta.

Ingredientes (dependiendo de la cantidad que queráis hacer):
Berenjena
Queso mini rulo de cabra
Aceite de oliva virgen extra
Harina
1 huevo
Pan rallado
Sal y pimienta
Aceite para freír

Preparación:
Lavamos y cortamos las berenjenas en rodajas de medio centímetro. Las disponemos en una bandeja de horno, las rociamos con aceite de oliva virgen extra y salpimentamos.

Las horneamos a 180º hasta que estén hechas (no dejes de vigilar el horno!).

Cuando estén listas las sacamos y las dejamos enfriar.

Cortamos lonchitas de queso de cabra que quepan entre las rodajas de berenjenas.

Ponemos una rodaja de berenjena, una de queso y otra de berenjena. Pasamos el emparedado por harina, luego por huevo y por último por pan rallado.

Freímos los emparedados en aceite y cuando los sacamos los dejamos escurrir para que suelten bien el aceite.

Que aproveche!!!